Hablando con el responsable de marketing de un club español, surgió la siguiente pregunta:
¿Cómo convencer a una empresa que no quiere patrocinar a un club por miedo a perder afición rival?
La pasión, que hace del deporte un producto diferente, es inseparable de la ecuación del patrocinio.
Pero podemos minimizar el riesgo.
La polarización entre aficionados es un argumento que me ayudó a la hora de vender patrocinio para la selección brasileña, pero ¿cómo podrían abordarlo los clubes?
En primer lugar, la intensidad de la rivalidad, el posicionamiento y la cartera de propiedades de la marca influyen en la percepción del riesgo.
En la charla con el ejecutivo hablamos de ideas como:
01 Presentar un plan con resultados proyectados (ROI) difíciles de rechazar.
02 Diseñar activaciones que refuercen el posicionamiento de la “marca ciudad”.
03 Demostrar con datos cómo la afición representa el territorio y no es una minoría.
04 Crear una propuesta de patrocinio colectiva, incluyendo varios clubes de la ciudad.
Al final, el patrocinio es una herramienta más de marketing para los objetivos de la empresa (negocio, marca, engagement, etc.).
La proporción entre resultado y riesgo es decisiva para la toma de decisiones.