fbpx

Desde que se anunció en 2022, el nuevo Mundial de Clubes ha generado dudas sobre su viabilidad, relevancia y encaje en el calendario internacional.

Con este movimiento en el territorio de los clubes, la FIFA busca consolidar el torneo como su segunda mayor propiedad en ingresos, solo por detrás del Mundial masculino.

Lo cierto es que la FIFA ha conseguido sacar adelante un producto comercial sólido, teniendo en cuenta que tanto la plataforma de retransmisión como las sedes oficiales se confirmaron únicamente a finales de 2024.

En ese momento, la mayoría de empresas —especialmente las multinacionales— ya tienen sus presupuestos cerrados, lo que dificulta valorar propuestas para un torneo de esta envergadura.

Según SportsPro, la FIFA aspiraba a ingresar 4 billones de dólares por los derechos de retransmisión, pero finalmente cerró un acuerdo global con DAZN por 1 billón de dólares, con opción de sublicenciar partidos en mercados locales.

Para la mayor plataforma de streaming deportivo del mundo, emitir el torneo de forma gratuita representa una oportunidad estratégica para captar nuevos usuarios, que posteriormente puedan pasar a planes de pago. Para la FIFA, es un canal clave para generar visibilidad e interés por la nueva competición.

Optar por una retransmisión exclusivamente de pago —como podría ser con AppleTV— habría limitado tanto el retorno para los patrocinadores como el acceso de los aficionados, un pilar estratégico de la FIFA para hacer el fútbol aún más global.

En el ámbito del patrocinio, el objetivo de la FIFA era ambicioso: cerrar acuerdos con 10 patrocinadores, por 100 millones de dólares cada uno. Unas cifras superiores a las que muchas marcas destinan a propiedades consolidadas como la NFL o la NBA.

En octubre y noviembre de 2024, la FIFA anunció la marca china de electrónicos Hisense y Anheuser-Busch InBev como cerveza oficial, activando las marcas Budweiser y Michelob Ultra.

A partir de ahí, otras marcas ya asociadas a la FIFA, como Bank of America, Lenovo, Qatar Airways y Visa, también se sumaron. Según The Athletic, algunos patrocinadores existentes renegociaron pequeños pagos adicionales sobre los contratos que ya tenían firmados.

La FIFA también resolvió disputas legales con socios históricos como Coca-Cola y Adidas, que apelaron a sus contratos para garantizar su presencia en el nuevo torneo, alegando su derecho a estar presentes “en el Mundial de selecciones y en otros eventos FIFA”.

Entre las nuevas incorporaciones destaca Airbnb, que firmó un acuerdo de patrocinio multitorneo con la FIFA, incluyendo el Mundial de Clubes, el Mundial masculino de 2026 y el femenino de 2027.

El Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudí (PIF), inversor de DAZN, también figura entre los patrocinadores. Este fondo soberano firmó un acuerdo a largo plazo con la FIFA, y Arabia Saudí será el país anfitrión del Mundial de 2034.

El nuevo torneo ofrecerá visibilidad global a multinacionales que buscan impactar a grandes audiencias —tanto a aficionados fieles como a públicos más ocasionales—, sin apoyar a un club o país concreto.

El vicepresidente de marketing de Hisense compartió en LinkedIn cómo aprovecharán esta propiedad global para generar impacto local, utilizando la imagen de jugadores relevantes en cada mercado. Eficiencia de marketing a gran escala.

Teniendo en cuenta el poco tiempo disponible y la incertidumbre inicial, la FIFA ha conseguido cerrar una cartera de patrocinadores y un acuerdo de medios que muchos eventos consolidados desearían tener.

Recibe mi post semanal

Esta web usa cookies. Si continuas navegando, aceptas su uso. Saber más. This web uses cookies. If you continue browsing, you accept their use. Esta web usa cookies. Se continuar a navegar, aceita a sua utilização.

ACEPTAR
Aviso de cookies