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Una visión. Una idea. Un futuro. Un por qué. Siendo capaz de comunicar efectivamente el motivo por el cuál existes para que ciertas personas se sientan identificadas. De esta forma, conseguirás conectar para cambiar aquello que te importa.
Simon Sinek en su teoría The Golden Circle explica cómo sólo aquellas organizaciones que articulan su estrategia en el propósito e impacto que quieren causar en el mundo consiguen ser exitosas, en detrimento de aquellas que superficialmente enfocan su mensaje a aspectos técnicos o características del producto. Fans, patrocinadores, federaciones, ligas, abonados y empleados, todos son susceptibles de conectar con tu visión, compartirla y luchar por ella. En el peor de los casos, no tienes una visión clara y definida o simplemente no es compartida. Se trata del futuro que describes para fijar el rumbo diario. Por ello, fans de países lejanos son capaces de comprarse la camiseta de tu equipo. O, que una jugadora se marche a un club más pequeño pero más alineado con sus valores.
Un buen ejemplo de ello fue la campaña #LikeAGirl, lanzada por la marca de productos de higiene femenina Always, perteneciente al grupo Procter&Gamble. Podríamos visualizar el spot una y otra vez y no descubriríamos qué es lo que realmente vende la compañía. Menos aún cuando el eslogan final es «Reescribe las reglas», ahí está la clave. Lo que sí podemos identificar es el espíritu desafiante ante los estereotipos sociales que se desprende de las protagonistas más jóvenes. Atrae mediante una causa, una creencia o un propósito, el producto o servicio vendrá después.
Clubes, futbolistas, fans, marcas o competiciones, todos tenemos una historia que contar. ¿Cuál es el pilar de la historia que cuentas a tu mercado para conectar con sus valores más profundos?